Ciudad de las luces es como se conoce comúnmente a Paris. Es una ciudad con gran historia y presencia a nivel mundial. Es un sitio donde el visitante se siente apantallado por su grandesa, y es que así ha sido diseñada. Con grandes monumentos y avenidas que exaltan la cultura francesa y su historia esta ciudad saluda a los visitants que vienen por millones.
Y entre esa millonada de gente que visita Paris cada año apareció en escena una pareja hace poco para pasar 5 días en dicho lugar. La primera impresión fue que efectivamente como sale en las películas las autoridades y trabajadores municipales son las personas mas desentendidas del mundo. Pero esto es un defecto de cualquier aeropuerto a lo cual no se le dió importancia en el momento. Es de hacer notar que se debe tomar un tren desde el aeropuerto hasta el centro de Paris que tarda aproximadamente media hora en llegar el cual no tiene aire acondicionado (cosa rara en una ciudad de primer mundo). Al llegar al centro uno tiene la impresión que todo mundo estará en un frenesí por llegar a sus destinos corriendo por los pasillos del metro al mejor estilo estadounidense. La realidad es que la gente se toma su tiempo para ir de un lugar a otro y camina a velocidad normal.
A pesar de ser Septiembre se siente calor en el ambiente al haber temperaturas entre 28 y 30 grados, sin embargo no hay señales de aire acondicionado por ningún lugar (da la impresión que el A/C es prohibido). Otro detalle que no aparece en películas ni fotos es el aroma que se siente en el aire en ciertos momentos a basura. El Sena que serpentea por la ciudad ofrece humedad al ambiente lo que hace la sensación térmica mayor, al igual que su aroma a agua estancada. Paris no es tan limpia como otras ciudades a pesar de ser pionera en sistemas de drenajes, urbanización y ornato. Este ambiente propicia que uno quiera tomar una cerveza sentado a la sombra.
Lo mejor es tomar un tour que lo lleve a uno a dar una vuelta por toda la ciudad para poder ubicarse bien y luego caminar de una atracción a otra. Se puede usar el subterráneo el cual es increíblemente práctico y eficiente pues lo lleva a uno a cualquier rincón, pero se pierde la vista (a excepción de la estación del Louvre que es un museo como tal).
Uno encuentra comidas de todas partes del mundo, desde el tradicional taco mexicano hasta exquisiteses del lejano oriente. Es muy común encontrar restaurantes y cervecerías en cada cuadra los cuales ofrecen una gran cantidad de platillos y bebidas para casi todos los gustos. La gente que atiende estos lugares habla un poco de ingles y puede uno comunicarse para pedir. Algo que experimentamos fue que la gente de unos 30 años o menos habla un poco de ingles y casi nulo español, esto debido al gran tráfico de turistas, en especial gringos y chinos. Gente mayor solo francés habla, pero afortunadamente es la gente jóven quienes atienden. Y hablando de turistas es enorme la industria que se dedica a al turismo y derivados. Claro, siendo Paris es como si le dijeran a uno "bienvenido, gracias por venir pero mejor se hubiera quedado en casa", quizá por eso en Europa se dice en forma de chiste que el problema con Paris son los parisinos.
Visitar el Arco del Triunfo o la Torre Eiffel es casi obligatorio, pero hay mucho mas que ver como museos, la casa de la opera, plazas, etc. La torre Eiffel domina el paisaje parisino el cual es clásico en el centro y moderno en las afueras donde se observan rascacielos y edificios de oficinas. El tráfico es para volverse loco pero por fortuna no es problema cuando se camina o viaja en el subterráneo. De noche la ciudad ilumina sus mas importantes monumentos y la temperatura baja un poco a 25-26 grados lo cual invita a la vida nocturna, a salir y tomar una bebida en uno de los tantos restaurantes a la orilla de la calle. Fue divertido entrar a un restaurante español y hablar en el idioma con el mesero, el cual tendría mucho tiempo de no atender gente que hablara la lengua de Cervantes por su reacción. Fue el lugar donde mejor nos atendieron en todo Paris.
Una experiencia muy bonita con sus peros. Si me preguntan si me gustaría ir de nuevo claro que iría, pero no con las mismas expectativas que la primera vez. Iría a visitar otros lugares, tal vez volver a entrar a otros. No se puede resumir todo en un espacio tan corto pues da mucho de qué hablar, muchas impresiones, muchas experiencias. Obligatoria la respectiva cerveza o vino blanco frío para el calor.